domingo, 6 de septiembre de 2009

Cuentos para pensar




Había una vez dos ranas que cayeron en un recipiente de crema.Inmediatamente sintieron que se hundían; era imposible nadar o flotar mucho tiempo en esa masa espesa como arenas movedizas. Al principio, las dos patalearon en la crema para llegar al borde del recipiente pero era inútil, sólo conseguían chapotear en el mismo lugar y hundirse. Sintieron que cada vez era más difícil salir a la superficie a respirar.Una de ellas dijo en voz alta:- No puedo más. Es imposible salir de aquí, esta materia no es para nadar. Ya que voy a morir, no veo para qué prolongar este dolor. No entiendo qué sentido tiene morir agotada por un esfuerzo estéril.Y dicho esto, dejó de patalear y se hundió con rapidez siendo literalmente tragada por el espeso líquido blanco.La otra rana, más persistente o quizás más tozuda, se dijo:- No hay caso! Nada se puede hacer para avanzar en esta cosa. Sin embargo ya que la muerte me llega, prefiero luchar hasta mi último aliento. No quisiera morir un segundo antes de que llegue mi hora.Y siguió pataleando y chapoteando siempre en el mismo lugar, sin avanzar un centímetro. Horas y horas!De pronto ... de tanto patalear y agitar, agitar y patalear...la crema, se transformó en manteca.La rana sorprendida dio un salto y patinando llegó hasta el borde del pote.Desde allí, sólo le quedaba ir croando alegremente de regreso a casa.

Jorge Bucay

Recurro a este cuento del escritor argentino para animar a todas aquellas personas que se afanan en llegar a una meta, para las que no ven la recompensa a tanto esfuerzo, para aquellas que caminan fiel a sus principios e ideas.

5 comentarios:

  1. Siempre me ha gustado mucho este cuento.
    Gracias por recordarlo.

    ResponderEliminar
  2. Este cuento de Jorge Bucay lo utilizo mucho con mis alumnos para trabajar la persistencia y la constancia. Valores que necesitan de una enseñanza explícita en esta nuestra sociedad del "sin esfuerzo".
    El esfuerzo se aprende, pero si se enseña y se valora. Si el niño desde pequeño no se habitúa a esforzarse llegará a la adultez con una voluntad poco fortalecida.

    Un saludo, Kapo

    ResponderEliminar
  3. No conocía tu cuento, y me ha gustado mucho. Es una buena lección sobre el esfuerzo y la persistencia como valor en la vida. Gracias por compartirlo.

    Un saludo. Eu

    ResponderEliminar
  4. me alegro de que os haya gustado. Os aconsejo la obra de Jorge Bucay porque os aseguro que se aprende mucho y sobretodo te incita a reflexionar, cosa que hacemos poco. Un saludo a todos y todas y gracias por entrar en mi blog

    ResponderEliminar