miércoles, 18 de agosto de 2010

DIECIOCHO DE AGOSTO


Uff! Hoy hace nada más y nada menos que 29 años de esta fotografía, no de buena calidad, pero al fin y al cabo, una fotografía.

Ya, ya. Mucho tiempo. El chiringuito abandonao, como se suele decir. Es verdad, pa que nos vamos a engañar.

Abro de nuevo el día de mi cumpleaños, y de nuevo toca ser nostálgica. ¡¡¡ 30años !!! Treinta fabulosos años tengo ya. Lejos de los comentarios típicos "señal de que lo has vivido" "y muchos que vendrán" ,entre otros, me han sentado como un jarro de agua helada, aunque con 40º a la sombra eso es caer estupendamente, pero a lo que iba.

Echo de menos cientos de momentos que se fueron para no volver más que en el recuerdo y que no voy a mencionar porque entonces empezaría a moquear como una niña (la que ya no soy).

Bunbury canta algo así como "de pequeño me enseñaron a querer ser mayor, de mayor voy a querer a ser pequeño" y no le falta razón alguna al héroe: con quince años mis ansias por tener dieciocho eran tan naturales como obsesivas. Ahora con mi recien estrenada década... ¡ cómo quisiera visitar de nuevo el umbral de mi infancia aunque fuese sólo por un ratito !

A pesar de mi tono apocalítico, no todo es nostalgia y melancolía. En este encontronazo de sensaciones tan dispares hay una balsa curativa, y me refiero a mis ganas. Presumo de ellas y llevo un estandarte que me empuja no hacia el futuro, pues, como alguien decía , el futuro llega muy pronto, sino al presente. AÚN NOS QUEDA MUCHO POR VIVIR.